
Dos estudiantes de ingeniería de la Universidad George Mason, Seth Robertson y Viet Tran, han construido un prototipo que utiliza ondas sonoras de baja frecuencia para prevenir incendios sin necesidad de agua ni químicos. Una idea que comenzó como proyecto de investigación y que ya está en proceso de patente.
Según sus pruebas, frecuencias graves en el rango de 30–60 Hz pueden separar el oxígeno de la llama —privándola de su combustible— y extinguir fuegos pequeños como los de alcohol en un experimento controlado. El equipo es sencillo y económico: un amplificador y un colimador de cartón, alimentado por electricidad, que les costó alrededor de 600 dólares y es manejable a mano.
Los creadores imaginan usos prácticos que van desde extintores de cocina sin químicos hasta aplicaciones en entornos sin gravedad (donde el líquido de los extintores se dispersa) y, a futuro, la integración en drones para atacar incendios forestales desde la distancia. Sin embargo, reconocen límites importantes: el aparato no enfría, por lo que fuegos más grandes podrían reavivarse al cesar el sonido, y la potencia necesaria para incendios de mayor tamaño es todavía un reto técnico.
Para escalar la idea harán más pruebas y contemplan acoplarla a robots o drones para mantener a bomberos y equipos de rescate fuera de zonas peligrosas. Aunque queda mucha investigación por delante, el enfoque muestra cómo soluciones ingeniosas y de bajo costo pueden complementar las herramientas tradicionales contra el fuego y reducir el uso de agua o espumas químicas.
Fuente: Telangana Today